Diana Manzo / Corresponsal Periódico La Jornada
IXTALTEPEC, OAX.- Este año pobladores afectados por el terremoto del 7 de septiembre de 2017 en el Istmo de Tehuantepec recibirán otra Navidad en la calle, pues no les han entregado apoyo para reconstruir sus viviendas.
Rosa López Jiménez, de Juchitán, recibió folio y una tarjeta con valor de 120 mil pesos, pero no pudo cobrar porque su nombre aparecía duplicado; a Olivia Enríquez Figueroa, de Ixtaltepec, le dijeron que su tarjeta estaba “clonada”, y Lourdes López Sánchez, de Unión Hidalgo, tiene un folio duplicado. Las tres viven en refugios temporales.
Olivia Enríquez dice que desde el sismo no pone adornos navideños porque la tristeza la invade; el año pasado también vivió en un albergue. No recibió ni un peso de los 120 mil que le correspondían para rehacer su vivienda.
Entregó documentos a la Secretaría de Desarrollo Territorial y Urbano (Sedatu) y a Bansefi, pero le dijeron que nada podía hacerse. Vive en un cuarto de lámina que los menonitas le regalaron.
Olivia y su esposo, alfarero, aún tienen la esperanza de reconstruir su casa; en el enorme patio de lo que quedó de su vivienda hay algunos bloques y varilla. “He tocado muchas puertas para que entreguen los recursos de dos tarjetas, una de 30 mil en efectivo y otra de 90 mil en materiales”, detalla.
Rosa López Jiménez, de 70 años, también vive en un refugio donde guarda algunas pertenencias. Recibió folio de Sedatu y dos tarjetas Bansefi, pero tampoco obtuvo los 120 mil pesos que la Federación otorgó para la reconstrucción de su vivienda.
La Navidad le trae recuerdos tristes. Es viuda y madre de tres hijos, ya casados, Vivía en la octava sección Cheguigo de Juchitán y es una de las 50 damnificadas que por “duplicidad de nombre” no recibió el apoyo para la reconstrucción.
“Entregué mis documentos en la Sedatu, pero me dijeron que hay dos personas que se llaman como yo. El error fue de ellos por no investigar, porque en la credencial de elector hay diferencias. No cobré un solo centavo de los 120 mil pesos”, expresa.
La nostalgia la invade cuando muestra fotografías de su casa, de más de tres habitaciones, con todos los servicios. Su esposo, que era carpintero, cubrió pisos y paredes con madera, pero todo se esfumó la noche del terremoto.
Acompañada de la Red de Vecinos Afectados y de Mujeres en Resistencia, que dirige Magali Sánchez, Rosa acudió a la Ciudad de México en busca de apoyo; sin embargo, no tuvo éxito y tampoco la incluyeron en el segundo censo.
A Lourdes López Sánchez, de Unión Hidalgo, Bansefi no le ha aclarado qué sucedió con su tarjeta de apoyo, cuyo folio fue duplicado.
“No podemos empezar, no tenemos dinero. Tuvimos que derribar mi casa. No me tocó tarjeta porque el funcionario de la Sedatu duplicó mi folio con el de otra afectada. Estoy esperando desde hace más de un año”, explica.
El terremoto del 7 de septiembre de 2017 destruyó más de 60 mil viviendas en el Istmo de Tehuantepec. Los casos de Rosa, Olivia y Lourdes son similares a los de cerca de 8 mil damnificados.
Nota de: https://www.jornada.com.mx/2018/12/24/estados/025n1est#
