Texto: Carina García.
Desde hace dos años, niñas y niños del municipio de San Juan Guichicovi fueron abandonados y engañados.
Después del sismo que azotó la región del Istmo de Tehuantepec en el 2017, sólo el 50 por ciento de las instituciones educativas de esa localidad han avanzado en la reconstrucción.
Los escombros se han convertido en el escenario habitual; las obras de construcción a medio terminar también son parte del paisaje.
De las 71 escuelas de nivel preescolar, primaria y secundaria, al menos 31 se encuentran en el olvido: No cuentan con ventanas, pisos y, en muchos casos, los cimientos para levantar nuevamente los salones.
El presidente municipal Raynel Ramírez Mijangos, junto con el profesorado, se declaró en plantón indefinido en las oficinas del Instituto Oaxaqueño Constructor de Infraestructura Física Educativa (IOCIFED) para obtener respuestas a sus demandas.
Recordó que el 1 de septiembre, en Matías Romero, el presidente de la república Andrés Manuel López Obrador atendió su petición y giró instrucciones para que el subsecretario de la Sedatu, David Cervantes, se reuniera con las y los afectados.
Sin embargo, ni él ni el director del IOCIFED, Adolfo Maldonado Fuentes, arribaron al encuentro programado para el 8 de septiembre, tal como lo han hecho sus antecesores.
Aunque los cientos de menores no han sido afectados en sus clases, la mayoría recibe su educación en aulas improvisadas, en inmuebles que no se encuentran en condiciones.
Muchos de ellos, dijo, se encuentran en aulas improvisadas o rentan inmuebles que no son precisamente viables para los maestros y maestras.
“Nadie llegó, nos dejaron plantados”, reclamó el presidente, quien además señaló que son diversas las constructoras quienes han sido encargadas de los trabajos, pero a quienes también se les adeuda de acuerdo a sus propios directivos.