Santa Cruz Xoxocotlán.- Ante la proximidad de celebrarse el Día de Muertos y Fieles Difuntos, el maestro Miguel Avendaño Acevedo en coordinación con la Dirección de Cultura de Santa Cruz Xoxocotlán se imparte un taller de elaboración de tapetes en alto relieve.
Por instrucciones del Presidente Municipal Héctor Santiago Aragón, y para fomentar las costumbres y tradiciones, estos cursos se desarrollan los días martes y sábado a las 17:00 horas en el parque central de Santa Cruz Xoxocotlán, y son de mucha importancia para inculcar en la juventud el interés por la cultura, y de este modo proyectarlos en actividades positivas para alejarlos de vicios y adicciones.
Estos tapetes son testimonios de vida o testimonios de fe, como los llama don Miguel Avendaño, quien lleva más de 50 años ejerciendo este arte que ha impresionado al turismo nacional e internacional, que visita Santa Cruz Xoxocotlán durante la festividad de los Fieles Difuntos.
En este taller, los jóvenes de Santa Cruz Xoxocotlán aprenden el significado al elaborar con arena el tapete tradicional de levantada de cruz, que antaño se acostumbraba poner en los difuntos, y con el paso del tiempo se comenzaron a elaborar en alto relieve por el señor Miguel Avendaño, y que consisten en imágenes religiosas echas en bulto, ya sea por devoción o en honor a la persona que falleció.
Los elementos utilizados son: negro, polvo de carbón; café, polvo de ladrillo; blanco, cal; verde, pino picado; azul, pintura de tierra; diamantina; flores, artemisa; y veladoras.
La tradición
Esta tradición es propia de las ceremonias funerales en la población. Al fallecer una persona es velada en su propia casa y cuentan que, antiguamente, su cuerpo era tendido en el suelo con la cabeza sobre un ladrillo y sobre el dibujo de una cruz de cal, que significaba las tres horas de agonía que Nuestro Señor Jesucristo pasó en la cruz antes de morir y que al tender al difunto sobre de ella representa que se muere de la misma manera que Él murió.
Así mismo, después del sepelio se lleva a cabo un novenario de rezos que recuerdan los nueve meses que pasamos dentro del vientre de nuestra madre y, al cabo de estos días, se elabora un tapete de arena con imágenes religiosas y el dibujo de las Doce Pasiones de Cristo sobre la Cruz de cal, donde se tendió el cuerpo y después de rezar se “levanta la cruz” al recoger la arena y la cal del tapete misma que se lleva a la tumba del difunto a las doce de la noche, donde nuevamente se reza por su eterno descanso.
Al día siguiente se vuelve al camposanto a darle los buenos días a la tierra, con el rezo de un Rosario.