La educación ha sufrido ya demasiados cambios como para retorcer de nuevo el sistema de forma tan inútil y gratuita.
Mañana se debatirá en el Congreso una proposición de ley del PSOE que insta la derogación de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE).
Lo sucedido debe servir de lección para que la nueva ley general educativa se haga con el mayor consenso posible y libre de partidismos ideológicos.
Por salud democrática, el Gobierno en funciones debería desistir de culminar una norma que tarde o temprano será derogada.
No deben ser los alumnos los que ahora paguen el precio de esa arrogancia política.
Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/04/03/opinion/1459711523_370928.html