La Cumbre para la Seguridad Nuclear concluida en Washington ha trabado compromisos concretos de interés, en vez de escudarse en el deseable pero aún retórico objetivo de lograr un mundo desnuclearizado.
De modo que la dotación de sendos fondos financieros para incrementar la seguridad nuclear y la vigilancia antiterrorista en este ámbito, liderada por Canadá, es uno de los mejores anuncios de la cumbre.
Con las reservas de material nuclear disponible pueden construirse decenas de miles de bombas.
Lo fundamental es el refuerzo de la estrategia para impedir que los grandes grupos terroristas se apoderen de armamento o combustible nuclear, y lo utilicen.
Y en la estrategia de contención no basta un amplio consenso, se precisa la unanimidad.
Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/04/02/opinion/1459627380_733309.html