O, por decirlo de otra manera, que las distintas formaciones incorporaran sus respectivos diagnósticos sobre nuestro sistema educativo actual.
Como algunos venimos sosteniendo desde el mismo momento de su aprobación, la ley Wert tiene sus días contados.
De lo que se trata ahora es de que su final sea breve y lo menos traumático posible para nuestro sistema educativo.
Pues bien; la campaña electoral debería servir para discutir sobre el deseable y deseado pacto educativo: de sus contenidos y de sus dificultades.
Como lo sería que dotaran de contenido a la voluntad, que se ha convertido en un mantra políticamente correcto, de alcanzar un pacto educativo.
Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/05/06/opinion/1462542677_527700.html