Unos tenemos más cosquillas que otros, pero casi todos somos incapaces de hacernos cosquillas a nosotros mismos.
Para llegar al fondo de lo que nos impide hacernos cosquillas a nosotros mismos, analicemos primero otro fenómeno.
Experimentos con cosquillasCuando intentamos hacernos cosquillas a nosotros mismos, el sistema motor también crea una copia eferente, lo que le permite predecir las consecuencias sensoriales del movimiento.
Por divertido o agradable que fuese que pudiéramos hacernos cosquillas a nosotros mismos, la razón por la que no podemos hacerlo es que el cerebro ha sufrido adaptaciones destinadas a optimizar el modo en que entendemos el mundo que nos rodea y nos relacionamos con él.
Y si todo nos pareciese controlado por nosotros mismos, seríamos presa fácil para los depredadores.
Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/06/13/ciencia/1465809202_755243.html