En los experimentos, todos los peces del tanque contaminado eran devorados en 48 horas.
Los peces criados en presencia de microplásticos de poliestireno también cambian su comportamiento de otra forma: dejan de temerle al olor de sus depredadores.
Los peces expuestos a plásticos en un tanque en el que también había lucios eran devorados cuatro veces más rápido que los que no se criaron entre plásticos .
Este tipo de residuos no solo aparece por la descomposición de plásticos grandes sino que muchos cosméticos, desde pasta de dientes a geles exfoliantes, los contienen.
Los resultados muestran que, en presencia de microplásticos, las larvas dejan de comer su zooplancton habitual y consumen solo plásticos.
Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/06/01/ciencia/1464767999_847691.html