Como asegura la campaña promocional de Orange Is the New Black, en esta prisión televisiva salida de la mente de Jenji Kohan “cada condena es un mundo”.
Un arco que no necesariamente hace a este personaje más querido, alguien cada vez más desconectado del mundo exterior.
“Cada vez más su atención está puesta dentro de estas cuatro paredes”, insinuó Kohan.
Kohan apenas quiere hablar por no estropearle a nadie lo que les espera, aunque tanto ella como el reparto de su serie, cada vez más numeroso, no hace más que dejar pistas.
“Piper solo nos dio el salvoconducto para entrar en un mundo perfecto para una serie coral”, recordó Kohan.
Fuente: http://elpais.com/cultura/2016/06/15/television/1466009652_904647.html