El documental termina con una visita de Russell Solomon a su retoño oriental, un edificio de nueve pisos en el distrito de Shibuya, en Tokio.
La pregunta final a Colin Hanks es obvia: ¿Sigue acudiendo a tiendas físicas?
En Nueva Orleans encontrabas discos locales que no se vendían en San Francisco, e imagino que también ocurría al revés”.
Allí, compraron el nombre y hoy siguen funcionando las tiendas Tower.
En 2006, Colin Hanks (sí, el hijo de Tom Hanks) se enteró que cerraba la cadena Tower Records, que llegó a tener casi 200 tiendas en todo el planeta.
Fuente: http://elpais.com/cultura/2016/06/01/babelia/1464786638_783992.html