A su personaje de ficción Za Za lo bautizó Ray Loriga como emperador de Ibiza: el jugador lo fue totalmente.
Lo peor de todo vino después, cuando las malas lenguas recordaron que se trataba de un partido benéfico de la asociación contra la droga.
Que, como yo, salió específicamente a tirar el penalti porque debía de ser el especialista.
El estadio del Portonovo estaba lleno y yo, superado por las circunstancias, me fui al centro del campo a tomar carrerilla.
Lo que yo jamás imaginé es que esa absurda carrera, que me rompió los tendones, pude habérmela ahorrado corriendo delante del balón sin avanzar un metro, como Zaza en la semifinal del Italia-Alemania.
Fuente: http://elpais.com/deportes/2016/07/03/actualidad/1467575958_055045.html