En los años 80, se culpó a la lluvia ácida del oscurecimiento del Taj Mahal.
Así que, además del oscurecimiento del mármol por la acumulación de partículas, se produce un efecto óptico que ennegrece aún más el Taj Mahal.
Sin embargo, un informe del Gobierno indio reconocía el año pasado que el Taj Mahal seguía perdiendo su blanco.
Junto a colegas del Instituto Indio de Tecnología y el Servicio Arqueológico Indio, este experto en partículas en suspensión lleva varios años estudiando qué ennegrece el Taj Mahal.
«En aquel trabajo mostramos que tanto partículas de polvo como procedentes de la quema estaban descolorando el Taj Mahal.
Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/10/14/ciencia/1476460085_467756.html