Hace cinco años, ella era una mujer idealista que dirigía una asociación de prostitutas que logró derechos antes inimaginables.
Sigue siendo el mugriento conjunto de edificios de hormigón de hace cinco años, cuando visitamos el lugar por primera vez para retratarlo en un reportaje que publicó EL PAÍS.
De siete mujeres a las que entrevistamos hace cinco años, solo una ha logrado dejar el burdel.
Ahora solo necesito pagar 3.000 takas (35 euros) al mes por protección y otros 1.200 (14 euros) para la electricidad.
Ahora disfruta del mismo poder de atracción que Bristi ejercía sobre los clientes hace cinco años.
Fuente original: Bangladesh: Regreso al infierno del sexo | Planeta Futuro | EL PAÍS