El miércoles 31 de julio se cumplieron cuatro años de que en la colonia Narvarte en Ciudad de México encontraran cinco cadáveres, cuatro mujeres y un hombre.
Se leen la Recomendación 4/2017 de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, los nombres de Mile Virginia Martín, Yesenia Atziri Quiroz Alfaro, Olivia Alejandra Negrete Avilés, Nadia Dominique Vera Pérez y Rubén Espinoza Manuel Espinosa Becerril.
Yesenia tenía 18 años, era estudiante de cultura de belleza. Mile Virginia, 31 años, era colombiana, modelo. Olivia tenía 40 y era trabajadora del hogar en el departamento en Calle Luz Saviñón 1909, Narvarte, Benito Juárez, Ciudad de México.
Por su parte, Nadia tenía 32 años, ella defendía los derechos humanos, era promotora cultural y activista. La quinta víctima fue Rubén Manuel tenía 31 y era fotoperiodista autodidacta.
El caso Narvarte, como le llamaron, evidenció la grave situación de violencia para distintos grupos vulnerables.
Entre los que asesinaron, violentaron derechos humanos del gremio de periodistas, activistas, defensores de derechos humanos, mujeres y trabajadoras domésticas.
Según la Corte Interamericana de Derechos Humanos, las víctimas y sus familias tienen derecho de que las autoridades lleven una investigación diligente, pronta y eficaz y, a su vez una garantía de no repetición por medio de la evasión de impunidad y la ejecución de medidas preventivas.
La Comisión, en la recomendación emitida, apunta que existieron patrones socioculturales discriminatorios en casos que involucran violencia contra mujeres.
Se comprobaron y documentaron violaciones al proceso de investigación que determinaron la falta de debida diligencia por parte de las autoridades.
Entre otras acciones, hubo ineficiencia en la intervención del lugar de los hechos, la preservación del lugar de la investigación, así como no establecer ni agotar líneas de investigación.
La madre de una de las víctimas, de Nadia Dominique, Mirtha Luz Pérez Robledo, poeta chiapaneca, declararía: «a 4 años, no sólo te asesinó el delincuente que accionó el gatillo, sino, con él, te asesinó el que fabricó el arma, el que la introdujo al país, el que volteó a ver para otro lado, para no ver la carga ilegal en que venía el arma, el que la vendió, el que la compró«.
Además, «te asesinó el juez que dejó libre al delincuente argumentando que no sabía que iba a reincidir, el Ministerio Público que no rindió un informe completo en tiempo y forma, por ello dejaron libre al delincuente; el abogado que defendió al criminal, sabiendo que ya había delinquido, promovió su amparo y defensa; el perito que no supo por ignorancia, por negligencia, por corrupción o simplemente porque no quiso hacer su trabajo«.
Por su parte, Artículo 19 evaluó que la Procuraduría General de la CDMX tuvo fallas graves a la hora de hacer la investigación.
Antes de que le dieran muerte, Nadia Vera, una de las víctimas, responsabilizaría al gobierno veracruzano encabezado por Javier Duarte por si algo le sucediera.