Al menos 10 personas murieron y otras siete resultaron heridas en un nuevo ataque indiscriminado, ocurrido esta vez en el Instituto Superior Técnico de Umpqua, en Roseburg, Oregon.
El atacante, un joven de 26 años que fue identificado como Chris Harper Mercer, murió en un intercambio de disparos con efectivos policiales, según reportaron las autoridades.
Para no ir más lejos, en estos días seis condenados a muerte esperan su turno para ser ejecutados en diversas cárceles estadunidenses en el curso de la semana próxima.
El problema parece ser más hondo y relacionarse con un Estado que como rasgo histórico ha hecho una exaltación de la violencia y de la muerte como métodos legítimos de acción.
Ante esta recurrencia, el presidente Barack Obama se preguntó si los estadunidenses se han vuelto insensibles ante estas masacres, manifestó su exasperación ante la imposibilidad de convencer al Legislativo de que establezca medidas de regulación de la tenencia de armas de fuego y reconoció que no es posible hacer nada para impedir que actos de barbarie de esta clase vuelvan a ocurrir en las próximas semanas o en los próximos meses.
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2015/10/02/opinion/002a1edi