La defensa de Kirchner fue que las operaciones respondieron a una decisión política y, por lo tanto, no judicializable.
Macri, de hecho, optó el miércoles por tomar distancia, no sólo política, de la declaración judicial de su antecesora.
Peña calificó el discurso de Kirchner como “prepotente contra todo aquel que no piense como ellos”.
El exministro de Economía, Axel Kicillof, imputado también en la causa, dijo que las pérdidas, en todo caso, se debieron a la devaluación impulsada por Macri.
Peña se esforzó por quitar relevancia tanto al tema como a la propia Kirchner.
Fuente: http://elpais.com/internacional/2016/04/14/argentina/1460647962_885605.html