Todos nos unimos en el Movimiento de las Mantas Negras con un propósito: defender la vida de niños y niñas indígenas.
El ritual de duelo Entre mantas y llantos fue una manifestación pacífica, multicultural y pluriétnica, con un impacto visual sin precedentes.
Representantes de distintos credos dimos nuestra bendición al ritual y reconocimos la barbarie que se vive en La Guajira.
Mujeres con mantas negras y pañoletas y hombres con sombreros cargaban 500 ataúdes pequeños, símbolo de los miles de menores que no alcanzaron a cumplir su ciclo de vida y que murieron por causas prevenibles.
En otros informes he comprobado que 37.000 padecen desnutrición y al menos cinco mil muertos por inanición.
Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/06/02/planeta_futuro/1464861767_822956.html