Diana MANZO / Corresponsal
Juchitán, Oax., (pagina3.mx).- Hace tres años, el 7 de septiembre del 2017, el último encuentro de Irma López Sánchez y su esposo Juan Jiménez Regalado, policía municipal de Juchitán, fue a la hora de la comida.
Al día siguiente se enteró que había muerto tras el colapso del palacio municipal, su cuerpo fue rescatado dos días después, pero no recibió pensión vitalicia.
Este 7 de septiembre Irma le puso flores y lo abrazó a través de una fotografía, porque a pesar de los años, aún no acepta la ausencia de su esposo, a quien recuerda que murió en horas laborales y ejerciendo su deber como policía municipal.
“Lo soñé y me dijo que ya no quería verme llorar, que él me ayudaría para sacar adelante a nuestros hijos, y eso espero, la verdad ha sido muy difícil porque éramos jóvenes y queríamos ver a nuestros hijos crecer, ahora me toca a mí guiarlos para que sean buenos hombres”.
Irma de 38 años de edad se quedó viuda con tres hijos de 20, 17 y 14 años de edad y sin pensión vitalicia.
La entonces alcaldesa juchiteca Gloria Sánchez López le brindó una ayuda hasta que su gestión concluyó en el 2018 y con la que pudo poner una pequeña tienda de abarrotes y comprarse una unidad de mototaxi de donde obtiene sus ingresos para sobrevivir.
“Me abandonaron las autoridades, ellas saben que soy madre y no tengo un empleo formal.
“Por fortuna ahorré ese dinerito que me daban del pago de su quincena y pude hacerme de mis cosas, así nos hemos mantenido, aunque mi ilusión era que me ayudaran por más tiempo o al menos que mis hijos ya fueran adultos, creo mi esposo se lo merecía, para nosotros es un héroe, murió haciendo su labor”.
En el corredor del hogar de Irma, las fotografías de ambos y con sus hijos cubren las paredes.
Es así, a través de imágenes, que el recuerdo de Juan Jiménez Regalado, el policía municipal juchiteco no se olvida, aunque para las autoridades solo sea una cifra más.