El agua se defiende 

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ERNESTO REYES

“Ni un centavo a la empresa que nos ha robado el agua” exclamó, resuelto, don Chicho, un campesino de la tercera edad que con sus vecinos se ha mantenido plantado desde el lunes a la entrada de la embotelladora Gugar, en una acción previamente anunciada por la comunidad de San Bartolo Coyotepec para defender la autonomía del agua.

No habían pasado ni dos días de protesta cuando ya habían doblado la resistencia de la poderosa empresa que nunca ha ocultado sus buenas relaciones con los hombres del poder. Al mediodía del miércoles 7, cuando sus directivos permitieron el ingreso a la factoría, se estaba consumando, en los hechos, un primer triunfo bajo la consigna que los había unificado en la asamblea general del 28 de agosto: “El agua no se vende; el agua se defiende”.

Con las maniobras para inhabilitar el pozo principal, en acuerdo tomado con el mismo gobernador, Alejandro Murat, representantes de la factoría, de la propia comunidad y de la Comisión Nacional del Agua, los coyotepenses lograron avanzar en su propósito de recuperar cerca de 14 hectáreas de tierra, que en mala hora “compró” la envasadora.

Quien sepa de temas agrarios estará de acuerdo que, en términos constitucionales, el usufructo de terrenos comunales, independiente a la forma en que se hayan conseguido, no garantiza su propiedad, pues estos bienes no se pueden enajenar. Su posesión, con propósitos privados, siempre estará en incertidumbre jurídica.

El plantón tempranero forzó las pláticas con el gobierno del estado el mismo 5 de septiembre cuando los habitantes de San Bartolo habían arribado a las inmediaciones de Gugar, y su primera actividad fue plantar tres árboles, un pochote entre ellos, exactamente el día del tercer aniversario luctuoso del pintor Francisco Toledo, tan solidario con estas causas.

Allí mismo, en una comunión de vecinos, autoridades municipales, comunales, ejidales y representantes de las cofradías religiosas, le pidieron a la madre tierra y al creador que nunca les falte el recurso vital. Presentes en la ceremonia el padre Marinero, integrantes de la danza de la pluma, la banda de música y un nutrido número de hombres y mujeres que comenzaron a organizar las guardias, el reparto de comida y el aseo, todo en un ambiente de fraternal compañerismo.

Ante la presión de que el movimiento interfiriera en sus planes políticos, el mismo Murat abrió la puerta a un primer arreglo que incluyera el cierre de pozos con capacidad de extracción de millones de litros semanales. El cierre de la planta, donde además se elaboran taparroscas y garrafones, corresponde decidirlo a los propietarios, que a la sazón han declarado estar preocupados por el futuro de sus trabajadores, en tanto que la Comisión Nacional del Agua está obligada a cancelar las concesiones.

La ejecución del mandato de la justicia agraria está en curso, igual como el ofrecimiento de devolverles en días posteriores 10 hectáreas, pero el pueblo jamás va a entregar una indemnización millonaria a favor de la empresa, como lo acordaron los magistrados. Ya bastante han sacado provecho, mediante la comercialización de miles de millones de metros cúbicos de agua a lo largo de 20 años. Lo ha dicho con toda razón don Chicho: “No vamos a devolver ni un peso a quien nos ha robado el agua”.

Planteada en la coyuntura perfecta, cuando un gobierno no acaba de irse y el nuevo no acaba de instalarse, la toma de Gugar ubicó a San Bartolo en la ruta de las comunidades que en el gobierno de la Cuarta Transformación están teniendo resultados positivos a sus demandas, como se expresa en el decreto de zona reglamentada del acuífero 2025 de valles centrales del estado de Oaxaca que publicó el gobierno de López Obrador el pasado 24 de noviembre.

El decreto – por el que tanto lucharon Carmen Santiago y dirigentes de 20 pueblos- exige respetar el derecho humano al acceso, disposición y saneamiento del agua, así como respetar y armonizar los derechos al agua y sus recursos naturales en diversas comunidades indígenas zapotecas.

Considerar este bien como un asunto de prioridad y de seguridad nacional, su mejoramiento, conservación y restauración, así como el restablecimiento hidrológico del mismo, fortalece esta lucha comunitaria en momentos en que, desde las mismas cavernas oficiosas se difunden campañas “negras” que buscan manchar la dignidad de un pueblo como San Bartolo Coyotepec, que está dispuesto a mantenerse organizado, pensando desde ahora en las próximas generaciones.

@ernestoreyes14