Frida: De magistrada a víctima del gobierno priista de Murat

*Sin argumento legal válido, le quitan la magistratura; ella, a pesar de sus miedos, se enfrenta al Estado y después de 34 meses le gana. *El Tribunal de Justicia Administrativa se convirtió en una “agencia de colocaciones”, acusa. *Confía en que la LXV Legislatura “vea con otros ojos” la situación para que la justicia se haga una realidad completa.

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Frida Jiménez Valencia, magistrada que luchó contra el estado y ganó. Foto: Paulina Ríos.
Paulina RÍOS

Oaxaca, Oax., (página3.mx).- Cuando Frida juró el cargo de magistrada en el 2014 nunca imaginó que seis años después se volvería víctima del mismo tribunal en el que laboró.

Oriunda de la capital del estado, Frida Jiménez Valencia estudió la licenciatura en Derecho y Ciencias Sociales hace casi 40 años.

Es egresada de la Universidad Regional del Sureste (URSE), de donde también es maestrante en Derecho Fiscal.

Desde 1999  ingresa al Poder Judicial, y para culminar la carrera judicial, en 2012 fue designada magistrada en el entonces Tribunal de Fiscalización de Oaxaca, el que tras una serie de reformas legislativas se convierte en Tribunal de Justicia Administrativa.

El “nuevo” tribunal mantiene la plantilla laboral a la que pertenece Frida, pues aún le restan poco más de dos de los 8 años para los que fue designada.

Sin embargo, poco después del cambio de denominación empezó un calvario que no imaginó.

“En el 2020, la que era presidenta del Tribunal, que es la doctora María Elena Villa de Jarquín, nos dice que ella ya tiene algunos acuerdos y que deberá entregar cinco lugares para las gentes, entre esos el mío”, comenta al recordar la forma en que “le pidieron la renuncia”.

-¿Te dieron algún argumento para decirte que dejaras el cargo?

-Nada, nada. Así, así tal cual, y además ellos van a decidir el tiempo que se va a computar.

La magistrada presidenta le expuso a Frida que le contarían su tiempo laboral a partir de la fecha en que se dio su nombramiento que fue en el 2012 y no cuando iniciaron funciones, que fueron dos años después, en el 2014.

Con ese argumento, la magistrada María Elena trataba de justificar su acción (ilegal) para tomar como ya cumplido el plazo de 8 años, continúa Jiménez Valencia.

Refiere que ese “acuerdo de renuncias” lo tenía Villa con “el consejero jurídico, este señor de apellido Tinajero (José Octavio Tinajero Zenil); que el plazo era del 2012 al 2020, cuando en realidad debería computarse del 2014 al 2022”.

La abogada oaxaqueña explicó que en el 2012 no se instaló el Tribunal, “y ni cobramos ni tuvimos ninguna actuación judicial pese a tener el nombramiento”.

A pesar de ello, agrega, la presidenta Villa acuerda entregar cinco plazas, incluida la de la presidencia, a cambio -en su caso- de una promesa de jubilación anticipada.

Las cinco plazas a renunciar eran las de:
  • Adrián Quiroga Avendaño
  • María Elena Villa de Jarquín
  • María Mayela García Maldonado
  • Julián Hernández Carrillo,
  • Frida Jiménez Valencia.

“Ella (María Elena) lo acuerda sin consultarlo; posteriormente me habla el consejero jurídico, me cita y me dice que pues debo dejar el espacio porque ya es un acuerdo.

“Yo le digo que no es la forma correcta y que si querían que dejara el espacio, bueno, pues que me hicieran la liquidación conforme a Derecho de los dos años que me faltaban, y mi haber de retiro, así como todo lo que me correspondía por Ley.

“Ante esa propuesta, calló y no dijo más e hizo una amenaza velada de que me retirara tranquilamente, porque hiciera lo que hiciera, de todas maneras yo no iba a poder luchar.

“Que cualquier acción que yo entablara en contra de la fuerza del Estado no podría, porque todo va a estar en mi contra”, narra mientras frunce el ceño al recodar cómo empezaron todas las vejaciones que desde entonces enfrentó.

“Me vuelve a citar un par de veces más en el Palacio (de Gobierno), llego, me da largas y no llegamos a nada.

“En la última vez ya ni me recibe; entonces, pues ya capté que simplemente no era la intención ni siquiera de hacer un convenio de retirarme con las prestaciones que me correspondían, que era una forma digna de salir de un sitio en el que ya era incómodo estar.

“Mis compañeras María Elena y Mayela acuerdan sus jubilaciones a modo con él (Tinajero) para dejar el lugar, y por mi rebeldía no me incluyen, así como la sustitución de María Elena Villa por Manuel Velasco Alcántara, en la Presidencia.

“Parece que después de dos años aún no reciben nada, con el argumento de que no hay recursos”, señala Jiménez Valencia al precisar que “solo fue un acuerdo de palabra, de buena fe, creyendo en la palabra del consejero, pero que nada le obliga a cumplir, pese a estar avalado por todo el pleno.

Decidida a no dejarse vencer y e impedir que le violen sus derechos -a ella que tenía la obligación de hacer valer la ley- sigue yendo a su oficina hasta que le impiden entrar y aún más, no permitirle sacar sus cosas personales, que aún se encuentran ahí.

No sin antes seguir enfrentando vejaciones en los días previos, pues la trataban como “una apestada”, como si fuera invisible, ya que ni el saludo le dirigían.

En todo este ilegal “proceso de renuncia”, la magistrada Presidenta y el Consejero Jurídico tuvieron el interesado apoyo del Congreso del Estado, pues en un acto de contubernio giraron “un simple oficio” para “deshacerse” de quienes no pactaron.

“Con un simple oficio nos dicen que ha terminado el plazo, y adiós.

“El entonces presidente de la Jucopo, Jorge Villacaña, le envía un oficio a la presidenta María Elena, donde le pide que nos comunique que ha fenecido el cargo, pero no da un argumento legalmente válido.

“Villacaña tampoco da la oportunidad de una posible ratificación, y con ello le allana le camino a todas y todos los priistas que después asumieron:

  • Paulo José Luis Tapia Palacios
  • Gloria Camacho Meza
  • Alejandra Villacaña (hija de Jorge Villacaña)
  • Tania Ramos Martínez
  • Eduardo Calvo Ziga
  • Elías Cortés López
  • Camelia Gaspar Martínez

“Entonces, se vuelve una agencia de colocaciones (el Tribunal) para blindar a *destacados* priistas, bajo la presidencia de Manuel Velasco Alcántara, protegido de los gobiernos de los Murat, quien termina este atropello jurídico y violación a mis derechos humanos.

“Así, con qué congruencia vas a decir que eres magistrada o magistrado si llegaste por un dedazo, sin carrera judicial”, sostiene categórica.

Ante todas esas irregularidades, en 2020 Jiménez Valencia decide actuar e interpone un juicio de amparo en busca de justicia para sí misma, ante el Tribunal Judicial de la Federación (TJF), el cual es concedido en marzo de 2020.

Frida continúa la lucha contra el Estado acompañada por Carlos Morales y Ligdia Mariana Yáñez, profesionales del Derecho que encabezan la asociación civil “Litigio Estratégico Indígena”, y con el apoyo moral y hasta financiero de algunas de sus amigas que creyeron en ella y su lucha.

El Tribunal de Justicia Administrativa de Oaxaca, a través de su magistrado presidente Miguel Velasco Alcántara, se inconforma una y otra vez ante el TJF ante los actos reclamados, en una lucha que dura casi tres años.

Sin embargo, en diciembre de 2022 el Tribunal Colegiado en materia administrativa confirma la sentencia de que la abogada Frida Jiménez Valencia tenía la razón y la legalidad y que sus derechos laborales fueron violentados.

Hace una semana (22 de enero), la abogada oaxaqueña recibió esta notificación, donde se le ordena al Tribunal de Justicia Administrativa de Oaxaca reinstalarla en su cargo de magistrada.

-¿Qué significa para ti este triunfo?

-Primeramente, me hace ver que todavía hay gente honesta en los lugares donde tiene que ejercerse justicia.

En mi caso, han sido tres años de lucha, tres años de oponerme a la fuerza del Estado, de estar temerosa del sentido en que se tomen los acuerdos de parte de los titulares encargados de la impartición de justicia.

En Oaxaca, en el Tribunal que preside Manuel Velasco es un tribunal que es una verdadera agencia de colocaciones. Ahí todo es un servilismo total, incluso el sentido de la sentencias, acusa Frida.

“Ahora que ya tengo la resolución, voy a tratar de cumplir, que se haga la reinstalación y, en caso de no ser posible, que se dé la indemnización. Sé que no es una tarea fácil”, dice al explicar que el Tribunal podría hacer toda clase de argucias para retardar el cumplimiento de la sentencia.

La responsabilidad del Estado

Mi caso también conlleva toda una responsabilidad del Estado, por obligarme a litigar, por hacerme vivir una situación de violencia, hasta de género, explica la abogada.

“Soy mujer, tengo 61 años, tengo carrera judicial, no soy una mujer improvisada; entonces, no tenían argumentos para quitarme más que el de un compromiso político, porque la gente que entró realmente no tiene ni siquiera carrera judicial; no sabe ni la o por lo redondo”, fustiga sin tapujos.

Me notificaron el lunes (22 de enero) que se confirmaba mi resolución donde la justicia me ampara y protege contra los actos del presidente del Tribunal de Justicia Administrativa, y del Congreso del Estado.

Además, los condena a los puntos resolutivos que son los de la restitución por el tiempo en el que me faltaban, los dos años; y, en caso de ser imposible por el transcurso del tiempo, que se me cubra la indemnización que por Ley me corresponde.

Así como mis salarios que dejé de devengar, que se cubran mis cuotas de Seguro Social, se cubra el fondo de pensiones para que no se olviden de mi derecho a la jubilación.

Feliz y emocionada, Frida manifiesta que para luchar contra el Estado, “lo primero es creer en mí, creer que tenía la razón,  saber que no iba a ser fácil porque ha implicado una serie de costos, tanto emocionales como económicos.

“Sé que al final debe triunfar la razón, pues no podemos seguir siendo víctimas de tanto atropello, no podemos seguir permitiendo que el miedo nos paralice.

“Decimos que en el mundo hay dos fuerzas que lo mueven: el amor y el miedo y en este caso a veces este miedo te paraliza y eso es lo que tenemos que romper.

“Nuestra lucha tiene que ser ejemplo de muchas mujeres que están agobiadas, agotadas emocionalmente, que no encuentran contención en nadie para entablar una lucha por su derecho.

“Eso es lo que muchas veces te hace desistir, ¿no? Porque no es fácil, es todo el Estado contra ti, es toda la fuerza contra ti, que te sientes inerme, sola”, expone al reconocer así sus miedos.

Sin embargo, también quiere mostrar su fortaleza interior, esa que le permitió seguir y salir adelante “y que te dice que estás en lo justo, seguir hasta que la dignidad se haga costumbre.

“Que nos empiecen a mirar como somos sujetas de derechos, que nos vean que si estamos en un lugar donde se imparte justicia y no puedes impartir justicia para ti, si no eres capaz de defender tu derecho, tú no puedes impartirle al otro lo que no haces por ti misma.

“Eso es una una cuestión que yo tenía que demostrar; no me iba a dejar”, resalta orgullosa y feliz sin olvidar reconocer que esta lucha no fue personal, sino de muchas mujeres, de su familia y de las que la acompañaron y no la dejaron sola en ese arduo caminar.

Confió en que la LXV Legislatura de Oaxaca mire con otros ojos esta situación.

“Tendría que mirar con otros ojos porque esto se lo heredaron. Es una oportunidad de hacer las cosas bien, de reparar las injusticias.

“Quiero que la justicia verdaderamente se viva en un tribunal donde impartimos justicia a los demás.

“Con qué congruencia tú vas a decir que eres magistrada o magistrado de un tribunal si solamente fue por dedazo que llegaste, sin carrera judicial, por amiguismo, compadrazgo.

“El Tribunal de Justicia Administrativa forma parte del Sistema Estatal Anticorrupción y poner así a las y los magistrados es como poner a Drácula en el banco de sangre”, concluyó.