A sus 15 años, a Chayito le fueron violados todos sus derechos humanos

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OAXACA, Oax. (sucedióenoaxaca.com).- En solo 15 años, Rosario Alfaro, Chayito, acumula una historia de violencia que resume de forma escalofriante la madre de la bailarina y activista Aleida Ruiz Sosa, Ariadna Sosa: “A Rosario le fueron violados todos sus derechos humanos”.

Las palabras de Ariadna se grabaron en mi cabeza desde aquel sábado 18 de febrero, cuando me llamó desde la Ciudad de México para comentarme que estaban ella y Aleida tratando de conseguir ayuda para Rosario, que era atendida en el Centro Nacional de Investigación y Atención al Paciente Quemado (CENIAQ), debido a las quemaduras de tercer grado que sufrió al incendiarse la casa donde vivían ella, su hermana menor, Ana, y su abuela, Paulina, quien falleció durante el siniestro.

Ariadna me platicó que las dos menores y su abuela sobrevivían en Tuxtepec como pepenadoras, recolectando pet, vidrio y cartón, y con la ayuda del vecindario que conocían la anterior tragedia de Rosario.

Chayito, según dio a conocer el reportero Carlos Abad del portal El Piñero,  fue vendida a los 14 años por una prima, a un hombre de 19 que le pagó con un marrano, un guajolote y 500 pesos.

La “venta” de Rosario sucedió en la población de Jalapa de Díaz, cercana a Tuxtepec, donde su prima la llevó, para “ayudarla”, luego de su otra anterior tragedia: la muerte de su madre y el abandono en que la tuvo su padre.

Víctima de violaciones, maltratos y golpizas, la menor escapó de su “dueño” y regresó a Tuxtepec para  refugiarse con su abuela Paulina y su hermana menor, Ana, quien al parecer es realmente su prima.

Hasta entonces, Chayito no existía oficialmente ni como mexicana, ni como oaxaqueña, pues no contaba con acta de nacimiento, por lo cual tampoco había asistido a la escuela.

Fue en ese punto cuando el reportero Carlos Abad se puso en comunicación con la bailarina Aleida Ruiz Sosa, de 17 años, apelando a su activismo en favor de las mujeres, para solicitar su intermediación con las autoridades competentes  a fin de que Rosario pudiera contar con acta de nacimiento y asistir a la escuela, pero como por esos días Oaxaca celebraba la Guelaguetza del Lunes del Cerro, las autoridades contactadas no hicieron eco hasta una vez concluidas las festividades.

Y, cuando todo parecía tomar un mejor rumbo para la vida de Rosario, que finalmente tuvo su acta de nacimiento y logró entrar a estudiar al INEA, la fatalidad se manifestó en el incendio de la vivienda que cobró la vida de su abuela y provocó quemaduras graves a ella y su hermana menor.

Ana, la menos grave, fue atendida en el Hospital Regional de Tuxtepec, mientras que Chayito debió ser trasladada al CENIAQ, donde Aleida y su madre fueron para tratar de verla y ofrecerle su ayuda, sin embargo, al no ser familiares, el nosocomio les negó información sobre el estado de salud de la menor.

No obstante, Aleida empezó a buscar ayuda para Rosario, quien al principio estaba acompañada  de  una tía, pero al cabo de unos cuantos días se quedó totalmente sola en el hospital, en un estado de coma inducido para que pudiera soportar los dolores de las quemaduras mientras recibía tratamiento.

A  casi un mes del incendio, cuando el fuego dañó no solo la piel sino también órganos vitales como los riñones,  la vida de Rosario sigue en peligro, pues continúa en área de terapia intensiva.

Ariadna Sosa, acompañante de su hija, Aleida Ruiz Sosa, en todas sus acciones humanitarias y sociales en favor de las mujeres, resume las violaciones a los derechos humanos que ha sufrido Rosario: No tenía acta de nacimiento, no sabía leer ni escribir pues nunca había ido a la escuela; trabajaba, no se alimentaba bien, fue abusada sexualmente, vendida, y abandonada a su suerte en el hospital.

Tragedia tras tragedia, Chayito encarna la violencia y la omisión de instituciones públicas para garantizar una vida digna y libre de violencia a las niñas, a las jóvenes, a las adultas, a las ancianas. Ningún #DíaNaranja, ninguna campaña de comunicación, ningún #8M, ninguna Instancia de la Mujer, ninguna Secretaría de la Mujer, ningún gabinete paritario, ninguna diputada feminista, ningún… se han convertido en acciones en favor de la menor que hoy, Día Internacional de la Mujer, lucha, sola, por su vida.