Creaciones Biulu´, el taller colectivo que revitaliza el traje típico de la mujer istmeña

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Diana Manzo

Juchitán, Oax.- Las obras de arte, enaguas y huipiles que florecen en el taller de creaciones “Biulú” -en la novena sección de esta ciudad zapoteca- son únicas y se hacen colectivamente.

Las manos de quienes tejen el traje típico de la mujer istmeña no descansan un solo instante y si lo hacen es solo para verificar que la calidad del tejido no se pierda.

Para las mujeres y las muxes zapotecas de Juchitán, tejer es un arte y don que tienen para seguir revitalizando el traje típico de la mujer istmeña.

Se usa en las velas y celebraciones tradicionales durante todo el año.

Se dice que la mujer istmeña en su primer año de vida, a los quince años, cuando se casa y cuando muere, el traje regional la acompaña, por eso se valora.

El taller de Creaciones Biulú fue creado en el 2017, después que un sismo de 8.2 sacudiera y acabara con el 70 por ciento de este municipio

Surgió por iniciativa del poeta zapoteca y muxe Elvis Guerra, con la intención de reconocer este arte típico que mujeres y muxes conservan.

Quienes acá tejen emulan a las hormigas y abejas, no se detienen, a veces están serias y otras veces sonrientes.

También sacan chistes y se sientan en grupos de cuatro o cinco personas, otras veces oyen música.

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“Tejemos porque nos gusta mucho, es una pasión elaborar nuestras prendas tradicionales.

“Para tejer un huipil, por ejemplo, dedicamos entre 8 a 10 horas al día.

“Y cuando nos sentimos bien y tenemos ganas, lo hacemos más rápido y sale mejor la puntada”, cuenta Ángel, artesana textil muxe.

De 20 años de edad, Ángel aprendió a tejer con sus amigas y familiares.

Y muestra su agradecimiento a Elvis Guerra y creaciones Biulú porque es una forma de convivencia, “tejer amistades y una aprenda a divertirse”.

“Cuando estamos acá sentadas, contamos cosas que nos pasan al día, creamos amistades. Es una bonita forma de convivencia, nos divertimos.

“Acá hay mujeres madres de familia que son el pilar de su casa, ayudan a sus esposos o parejas”, aseguran.

**Tejemos por gusto**

Ángel y las artesanas coincidieron que es importante el reconocimiento de su trabajo, que valoren cada prenda que venden.

Que las personas que compren los productores sepan y conozcan quiénes los tejen, quiénes son las verdaderas artesanas, porque lo que representan es auténtico y único.

«El que nos da trabajo es Elvis, pero nosotros elaboramos los trajes, los huipiles.

“Es importante que se reconozca el trabajo de cada artesana, independientemente del nombre que esté por delante.

“El esfuerzo y las ganas son muy importantes para que se siga manteniendo la cultura, el amor hacia la cultura zapoteca», agregó.

En esta región del Istmo de Tehuantepec todavía está muy viva esta tradición de tejer la ropa típica.

Se mantiene el gusto por hacer y usar un traje, por lo que las artesanas reconocen que para ellas es bonito e importante conservarlo.

Mavis, de 38 años, es otra de las artesanas que lleva más de 20 años elaborando esta vestimenta tradicional.

Con lo que obtiene ha podido sacar adelante a sus hijos.

La artesana está muy agradecida con Elvis, porque considera le paga lo justo y las motiva siempre a superarse.

“Gracias a Dios tenemos trabajo, ganamos muy bien. En este taller hemos salido adelante”, aseguró.

Reconoció que cada flor tejida lleva sus emociones y sentimientos.

Por su parte, Marisol Aquino López explicó que lo mejor ha sido trabajar en colectivo, porque así ve mejor su trabajo, y hay competencia sana.

“Aprendemos de todas y el tiempo pasa rápido, un huipil lo elaboramos en dos días trabajándolo 8 horas, pero ni cuenta nos damos porque echamos relajo, risas y nos divertimos”.

Marisol -de 55 años de edad- tiene 40 años de trayectoria como artesana.

Confiesa que lo mejor que le ha pasado es trabajar en equipo, porque buscar hilos, elegir colores y combinarlos, es un arte.